lunes, 16 de marzo de 2015

¿ De quien será la culpa.?


                   


El Soro vuelve a los ruedos. Han pasado 21 años de aquél 8 de abril de 1994. Fue la última vez que se vistió de torero, en Benidorm, para matar siete toros como único espada. Aquel día, a un toro de Victorino Martín, le hizo una de las mejores faenas de su vida. Fue como una premonición. ¿Una de las mejores faenas? ¿La última? Casi la última. Un día después, el 9 de abril, toreó un festival benéfico en la castellonense Segorbe. Ese día se rompió en mil pedazos la rodilla izquierda. Nunca más volvería a pisar un ruedo vestido de torero. Han pasado 20 años, cuatro meses y ocho días. Luego vinieron dos homenajes, 


en Valencia y Madrid, respectivamente, que intentaron encenderle una luz para un futuro no como torero, sino como persona. De la cima, a la sima. En todo este tiempo El Soro, pasó de ser de ídolo de multitudes a ser un juguete roto. En estos 21 años, El Soro vivió la muerte de sus padres, el abandono de su familia, más rencillas familiares, la pérdida de su patrimonio ganado a base de sangre –más de 40 cornadas-, sudor y lágrimas…y un descenso a los infiernos. Se instaló en un lumpen donde lo más cercano era la muerte. Perdió la profesión, la familia; él reconoce que incluso la dignidad. Y físicamente una piltrafa: más de cien kilos de peso y una cojera que adivinaba una inutilidad total. Bandazos por la vida y por quien nadie daba apenas nada. O sí? Siempre, incluso en los momentos más dramáticos, tuvo un Ángel de la Guarda a su lado.Pero este Soro, que casi siempre todo lo tuvo en contra incluso en los días de vino y rosas, nunca ha sido un hombre de renuncios. Un día se plantó frente al espejo y prometió volver a torear. Una misión imposible en la que nadie creía. Solo él. Encontró en el camino al doctor Pedro Cavadas y después de 37 operaciones en aquella maltrecha rodilla, una luz se encendía al final del túnel. Volver a ser torero; volver a la vida. Ser torero de nuevo dependía de él; para regresar a la vida encontró a Eva, que en lugar de ofrecerle una manzana le tendió sus manos. Y su corazón. Ahora, 21 años 8 de abril, le espera de nuevo el traje de luces. Tres nuevos vestidos de torear. La cita es este Lunes 16 de Marzo. El escenario, Valencia- En su pueblo, en Foios, la alegría y la fiesta se ha vuelto a instalar como aquel 14 de marzo de 1982, cuando tomó la alternativa. De Foios, de la huerta, llegó la revolución taurina a la capital tras muchos años de sequía. La cita este Lunes 16 Marzo en Valencia.Le acompañarán Ponce y Manzanares.. “He pasado muchos altibajos en mi vida durante estos años, con un estado de ánimo fatal que a punto estuvieron de llevarme al abismo”.


El afán de superación de El Soro quedó demostrado en su reaparición de 2014 en Játiva 40 operaciones después. Cuando Vicente Ruiz alzó los brazos como un campeón que derrota al destino, doblaba el último toro y debía doblar también la locura de aquella aventura con sabor a victoria. El Soro pudo con sus toros, su pierna, el alza en la que reposa y los fantasmas atornillados a su maltrecha rodilla; El Soro es pura raza. Reto personal superado en Játiva. Ahora a El Soro lo van a anunciar en la Feria de Fallas. Si ya lo de Játiva carecía de toda gracia, esto ya es una osadía temeraria. No sé quién, o quiénes, presiona a Simón Casas, ni quién instiga a El Soro a forzar semejante barbaridad. Al bueno de Vicent, que anda loco por torear en su Valencia, le sobran casta y cantamañas, tipos sin escrúpulos que le empujan hacia el precipicio del 16 de marzo. ¿El 16 de marzo? ¿Pero cómo? ¿Si es la fecha del 25 aniversario de Enrique Ponce? A Ponce también le han hecho la envolvente y le han enredado con la idea y la coartada de que ahí estará José María Manzanares para hacer también la cobertura. Enrique, que de buena gente se pasa, no quiere hacerle un feo a su paisano, ni ser él quién diga no, ni siquiera por el egoismo de perder el protagonismo de su efemérides. Pero alguien debería hacer una plantación de sentido común, y vergúenza torera, en los arrozales de la Albufera. No se lleven las manos a la cabeza depués. La corrida será de Juan Pedro Domecq. Por mucho que los escojan no serán los toretes de Játiva. Más allá de la integridad física de El Soro, cuestión primordial para cualquiera con dos dedos de frente, la imagen de la Tauromaquia puede quedar a la altura de cuando Morilla y su alza de una cuarta -perdón por la comparación con aquel esperpento- agarró la muleta en el 94 en la televisada de Sanlúcar de Jesulín de Ubrique y pegó sus pases. Si El Soro,el último superviviente de Pozoblanco, con sus 52 años, 40 operaciones, la rodilla reconstruida hasta la ingle, la zapatilla ortopédica, es capaz de ponerse delante y matar una corrida de Fallas con las cámaras del Plus presentes, la Fiesta está más cerca del abismo de lo que pensamos. Eso en el mejor de los casos; en los otros supuestos habrá que exigir responsabilidades. Yo lo hago desde ya mismo. Antes de que pase nada. Dios no lo quiera.
Vuelve el Soro. Otra vez, camina o revienta.


ARQUEOLOGÍA FLAMENCA    TARDE DE TOROS     LAS COSAS DEL CONDE    CAPOTE DE PASEO

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