miércoles, 19 de agosto de 2015

La Rubia del dedo







España es un dedo liberal. Tal que así. En Lepe y en Las Ramblas. En Triana y en Azpeitia. Un dedo cabe en un Estado y este Estado cabe en un dedo. ¿Cuál dedo? El del medio. Por supuesto. Que es el dedo de los dedos. Ese que enseña con cada mano la rubia del vídeo a la afición de Málaga el día que saltó, pija, heroica, ista animalista. Observen: gafas niña bien en la cabeza, que ninguna violencia alteró su look de rubia promiscua del reclamo, provocadora del dedo que provoca: el que se usa para hacerse un ídem y para hacer ‘la señal del pito’. La ‘peineta’, la ‘butifarra’. Expresiones todas que la wikipedia asocia a un ‘joderos’ o ‘tocarme los güevos’. Una contradicción, pues si dedo se hiciera por ausencia de pito, resultaría que güevos no hay. Y si no hay eso, querido Watson, joder tampoco. De este párrafo ya cuento miles de descalificativos y amenazas de querella, cuestiones que asumo sin machismo alguno. Machismo considero el abrazo copulativo post morten de la rubia al indefenso novillo. Falsario abrazo de falsa reivindicación en un gesto de pretensiones heroicas que es cobarde: nadie en este mundo te agrede, rubia, hagas, enseñes, señales, te hagas un dedo. O dos. Tu eres machismo y feminismo al abusar, provocando, de tu condición doble: mujer y mujer. Te haces intocable. Y sin embargo nos enseñas los dedos de hacerse un dedo tras el abrazo erótico zoofílico, la sonrisa provocadora y el iros a tomar por culo que dice un dedo y el joderos que dice el otro. Vente pa Madrid, rubia. Que te voy a enseñar barrios donde abrazar. A decenas de pobres con el hambre que no delatan tus gafas de pija y tu sonrisa de cervecita, tus tenis inmaculados pijos Nike, que a lo mejor los hacen niños por ese Asia de los asiáticos, tus vaqueros ad hoc a tus nalgas (no es machismo, así se llaman, mi alma) y ese peluco que no se detiene en 1000 euros. O no vengas. Date una vuelta por Málaga que Cáritas dice que hay casi 10000 pobres. Mira a ver si te das por ahí un garbeo, que hay un animal llamado hombre que se muere de muerte más lenta, la de no tener para comer. Abraza ahí. Ten la querencia del ser humano. Ah. Me preguntas qué es un ser humano. El ser humano es un animal solidario, aunque el dedo sea para lo solitario. Pero no confundas, mujer. Que dedo y solidaridad son compatibles, pues que tienen que ver los cojones para comer trigo. Hazte los dedos como te plazca, pero cuidado que, hacerlos en público es, una de dos, exhibicionismo o insulto. Lo uno está penado y es una pena, un derroche, mi alma. Lo segundo llama a gritos a una hostia. Y si buscaras o buscases eso, un golpe o varios, porque te han contado esa bobada de las Sombras de Grey o porque eso te pone como prólogo al dedo, vete al fútbol, mujer. O pide el teléfono del Holandés Errante, ese que ha saltado más veces a una plaza que el noventa por ciento del escalafón. Que tío, el holandés. Ah. Que no es tu tipo. No te pone. Ahí ayudarte no puedo, mi alma. Sólo puedo decirte que para el dedo, hay libertad. Es hasta saludable. Pero, mujer, no confundas enanismo con onanismo. No insistas en un placer solo solitario que crea vicio, produce esguinces e impide conocer gente. Y ya termino, ahora si, hablando de sexo, pues de eso se trata, interpreto, el abrazo y el dedo. Te regalo un pedazo de Quevedo (Francisco). No hija, el torero no, uno que escribía versos hace una pila de años. Por si lo quieres leer. Sólo si quieres leer no me vayan a denunciar de nuevo, que en este país incitar a leer está penado con cárcel. Ahí te va.

No te quejes, ¡oh Nise!, de tu estado,
aunque te llamen puta a boca llena
que puta ha sido mucha gente buena
y millones de putas han reinado.

Nota. Dedicado a la Policía, que no estaba allí. Y la buena gente que al dedo le hizo un feo sin violencia. Dedicado a los hombres y mujeres de los tendidos. Benditos pacientes.
   
               


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